La historia del Hostal de la Plaça está intrínsecamente ligada a una familia cuya dedicación y pasión han dejado una marca indeleble en este querido establecimiento. Durante más de 80 años, tres generaciones de esta familia han trabajado incansablemente para convertirlo en un punto de referencia en la industria hotelera y culinaria de la región. Todo comenzó con los valientes emprendedores que fundaron este negocio familiar. En aquel entonces, allá por 1943, Doloretes Galbany y su marido Josep Mas decidieron dar vida a un pequeño hostal para albergar a los veraneantes barceloneses de la época, en el corazón de Cabrils, lo llamavan “la Fonda”. Con una visión clara y una determinación inquebrantable, se embarcaron en la aventura de ofrecer hospitalidad y comodidad a los viajeros que visitaban la zona.
Desde el principio, Doloretes y Josep establecieron los cimientos de lo que se convertiría en una auténtica institución familiar. Su dedicación incansable, atención al detalle y trato amable sentaron las bases de la hospitalidad que hoy en día sigue siendo un sello distintivo del Hostal de la Plaça. A medida que los años pasaron, la familia fundadora transmitió su amor y conocimiento a las generaciones futuras. Su hija, Aurora Mas y su marido Andreu Masiques, heredaron la pasión por el negocio familiar, llevando adelante la tradición y guiando el hostal hacia nuevas cotas de excelencia. A sus 27 años, Montserrat Masiques, una de las 9 descendientes de la pareja de emprendedores, decidió adentrarse en el mundo de la hostelería, trabajando durante más de 30 años como directora de sala.